Las reflexiones que se exponen en las líneas que siguen tienen que ver con estadísticas recientemente publicadas en virtud de las cuales el índice de fracaso registrado en el acceso a los mercados asiáticos de las empresas españolas alcanza el 70 %, mientras que en los latinoamericanos no supera el 40 %. Tal ha sido, por otra parte, la razón que ha impulsado la convocatoria por parte de la firma Caamaño, Concheiro y Seoane, Abogados y Asesores de Empresa (www.ccsbogados.com) del I Foro sobre internacionalización de la empresa gallega, que se celebrará en Vigo el 20 de marzo y en A Coruña el día 21.
En un entorno tan dinámico y globalizado como el actual, el proceso de internacionalización de la empresa -que combina, a partes iguales, riesgos, incertidumbre y nuevas oportunidades- puede obedecer tanto a razones estratégicas como a la saturación del mercado interior. En cualquier caso, algunas de las coordenadas que no debe de omitir la hoja de ruta del proceso de internacionalización de una empresa/grupo son las siguientes.
Una vez informada la empresa/grupo sobre el «riesgo país», debe disponer de un mapa lo más completo posible sobre comercio exterior, sobre oportunidades de negocio sectoriales, incluidas licitaciones públicas, y tener acceso a los programas de financiación sobre inversión exterior del país de destino.
No puede faltar nunca un prediagnóstico de internacionalización. La metodología de este está ya muy estandarizada:
Análisis de la situación interna de la empresa y de su posición competitiva; análisis de productos, experiencia, recursos e información; diagnóstico del potencial exportador; análisis de la capacidad financiera; definición de las líneas generales de la estrategia de internacionalización; y recomendaciones finales para su puesta en marcha.
Tomada la decisión de salir al exterior y elegida el área geográfica de destino, corresponde al equipo asesor elaborar un concreto plan estratégico de implantación, plan que debe adaptarse a cada sector, pero que suele tener como rasgos comunes la capacidad de diseñar y ejecutar una red de ventas, de identificar importadores, agentes y, en su caso, socios locales.
Se da por supuesto el asesoramiento, apoyo y defensa jurídica del empresario en la negociación y en la firma de expresiones de interés, de MOU y de contratos.
A medio y largo plazo adquiere una importancia determinante la estructura corporativa que haya adoptado el grupo de empresas en el escenario internacional, así como la planificación fiscal internacional. La estrategia de actuar a través de una filial, de una sucursal/establecimiento permanente o incluso de la propia matriz (inexorable cuando se concursa a licitaciones públicas), tiene una decidida incidencia en compartimentar los riesgos intragrupo, en los costes del desplazamiento de capitales y de los pagos entre empresas del grupo, en el coste fiscal consolidado y, como no podía ser menos, en la repatriación de capitales a España al final del ejercicio o del ciclo.
No puede faltar una correcta política de transfer pricing: acertada valoración de activos materiales y de intangibles, estudios de benchmarking y planificación y documentación de las operaciones vinculadas.
Y tan importante como los anteriores para no errar en la salida al exterior es el expertise de los servicios financieros: el diseño y planteamiento de la operación desde el punto de vista financiero (o, en su caso, del plan de viabilidad) y audacia en obtención de garantías y/o de colaterales.
Solo optimizando, en los términos expuestos, la gestión del conocimiento, de la información y del modelo y las oportunidades de negocio podremos mejorar las estadísticas de éxito de la internacionalización de la empresa gallega.